LA POLÉMICA : ALCALDESA DE RIBAFRECHA

La alcaldesa de Ribafrecha y el segundo edil de la oposición, tuvieron una discusión "subida de tono" este pasado verano, según cuentan los medios de comunicación, en medio de la cual Lourdes González invitó al concejal a abandonar su despacho acompañándolo hasta la puerta, algo que yo también hubiese hecho. Una vez en la puerta según ella, él le golpeó en el brazo, sin causar lesión ninguna según la sentencia, algo en el caso de que haya sido cierto, que yo no hubiese hecho. La versión del acusado, no la podemos saber porque debido a un error del juzgado, no fue notificado para acudir a defenderse ni a acusar, ya que vista la actitud de su primera edil, Manuel Barrio denunció el hecho también en su día. Los hechos más “perversos” comienzan una vez conocida la sentencia por la acusación. Una persona pública, un alto cargo como es Ana Lourdes González, supongo tiene que saber que mientras está condenando públicamente al concejal por "maltrato" lo está enviando al infierno social. Algo que quizá sea lo que merezca un verdadero maltratador, pero no el autor de un "supuesto empujón" que no ha tenido ocasión de defenderse ante la justicia en igualdad de oportunidades que la "supuesta victima de empujón". La alcaldesa de Ribafrecha, con una velocidad pasmosa, salió a la palestra con ruedas de prensa para todos los medios mostrando la sentencia en la que se acusaba al concejal de "falta de maltrato" y sin medir en absoluto sus hechos ni palabras lo calificó de "prepotente, machista, sin escrúpulos y con una actitud impropia de un concejal". Bajo mi punto de vista, utilizar un tema así, es una actitud machista de una mujer cargo de partido político donde sus compañeras no aceptan las "cuotas paritarias" porque se saben tan o más válidas como los hombres, prepotente por su abuso de poder, carente totalmente de escrúpulos por haberse aireado aprovechando la imposibilidad de defensa del acusado, e impropia de un cargo público. Más aún cuando, ante una sentencia, y esta vez si que fue formal, en la que los acusados se pudieron defender y resultaron culpables, que dictó que un funcionario había sido víctima del acoso laboral de compañeros de su partido, Ana Lourdes González declaró hace poco más de un año "Ya me gustaría a mi que me acosaran como a este señor..." y pasó a acusar a la víctima de "turbios asuntos" hecho por el cual fue denunciada. La sentencia por lo tanto no es firme. Y ha sido recurrida por el servicio jurídico del partido del concejal. El que aquí escribe de juzgados y juicios no tiene ni idea, pero ha tenido la oportunidad de conocer una asociación de mujeres maltratadas, con la que estuve colaborando mientras estudiaba en la universidad, escuché a las mujeres que la componían, y trabajé junto a otros alumnos y alumnas para que su voz llegase a la universidad por medio de un debate. Algo que merece ser contado en profundidad otro día. Y hacer eso es haber hecho poco. Pero utilizar un tema así por oportunismo político, como a mi parecer ha hecho la alcaldesa de Ribafrecha, pues en la rueda de prensa se atacó al partido de la oposición en conjunto mas que a los hechos ante los cuales segun ella se siente víctima, es, lejos de hacer poco, hacerles flaco favor a las victimas de la violencia de género. Y hacer un daño consciente al que ahora en parte del circulo social donde se mueve, su trabajo, sus amistades, sus relaciones personales, será considerado por habérsele dado tanto bombo y platillo en los medios, un "maltratador".

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